Diciembre de 1914. En una fría estación de tren de Mérida, Isabel está a punto de perder todo aquello por lo que ha vivido.
Mayo de 1981. María, una joven y exitosa abogada de Barcelona, debe comparecer ante la justicia de los hombres. Pero eso no le preocupa, está agonizando y no es a ellos a quienes deberá rendir cuentas, sino a su memoria.
¿Qué se puede hacer por amor? ¿Y por odio o sed de venganza? ¿Existen la redención, el perdón o el olvido? ¿Podemos llegar a ser, incluso antes de morir, aquello que una vez soñamos? Isabel y María habrán de enfrentarse a estas preguntas en el curso de sus vidas, tan distintas y, a la vez, semejantes.
Estas dos mujeres son el origen y el final de una historia que nos llevará desde Extremadura hasta las estepas rusas y, más adelante, a la Ciudad Condal y a los paisajes de una España que durante cuarenta años se fingió dormida, con el fin de demostrarnos que no existen límites cuando luchamos por lo que anhelamos.