La muerte fulminante de su marido deja a Giuliana devastada y sola con dos hijas pequeñas. Superar un día tras otro está poniendo a prueba su resistencia y su imaginación, mientras pasa de la incredulidad al enfado, y de ahí a la idealización de su relación con William. Descubre entonces, además de irrepetibles momentos que su memoria convoca una y otra vez, el legado más hermoso de William: una intensa red de relaciones que le traerán una nueva forma de estar en el mundo y le enseñarán, gracias al apoyo de los demás, que aprender a perder es aprender a vivir. A través de conversaciones, recuerdos, comentarios espontáneos de las redes sociales, escenas cotidianas, con vitalidad y sin dramatismo, y un cicatrizante sentido del humor, Carmen Amoraga construye una novela íntima y universal sobre el amor y la pérdida, el valor de lo vivido y lo por vivir.